Con la mirada en alto

Te mando que te esfuerces y seas valiente; No temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo. Josué 1:9

        Hay personas que a pesar de nacer con una salud precaria, venir de cuna humilde o tener una inteligencia media, han sobresalido en su vida. Tal fue el caso de Jorge Washington Carver, nació esclavo, lo único que supo de su familia fue que su madre se llamaba María. Era un niño, cuando el presidente Abraham Lincoln, firmó el decreto de libertad para los esclavos. Jamás pensaron los Carver, la familia dueña cuando lo adoptaron, que ese acto inmortalizaría su apellido. Tuvo dificultades para estudiar, las universidades no querían aceptarlo por ser negro. Siguió adelante y nada impidió que fuera uno de los químicos más importantes de su época. Cuando murió, los principales gobiernos de la tierra enviaron sus condolencias al Gobierno de los Estados Unidos.

          Elizabeth Blackwell (1821-1910), tenía una inteligencia mediana y era constante en sus estudios. A pesar de los tropiezos que tuvo, siguió adelante y fue la primera mujer médico. Se hizo famosa y abrió las puertas de universidades a las mujeres del mundo.

           Tomás Alba Edison (1847-1931), comenzó a trabajar desde los doce años, estudió por su cuenta física, química y mecánica, se hizo famoso por sus inventos industriales. Registró muchos patentes de sus invenciones, que se adelantaron por lo menos medio siglo en los avances de la ciencia. Lo digno de admiración fue que empezó a estudiar botánica a los ochenta años, en el poco tiempo de vida que le restaba, sus investigaciones lo llevaron a dejar a la humanidad el caucho.

       Todo se consigue si sabemos utilizar cada minuto de nuestro tiempo. Al sentir que hemos alcanzado las metas, somos felices y también nuestros seres amados. ¡Quién sabe si somos dignos de contribuir, aunque sea con poquito al bienestar de la sociedad! Ningún imperio, ni reinos del mundo alcanzaron esplendor en un día. Los minutos que cada día tenemos libres, pueden convertirse en años, si los aprovechamos con responsabilidad.

         Nunca se llega más allá de la meta que nos hemos propuesto y para el cual trabajamos. Según los psicólogos, si siempre se tiene la mente ocupada con pensamientos positivos y elevados la inteligencia mejora, de lo contrario se empequeñece y no se podrá cumplir con la misión, que debemos realizar en esta vida. ¡Ánimo para seguir adelante!

           Si los planes de un joven son estudiar, es importante que conozca sus habilidades. En este proceso, su actuación y sentimientos hacia los profesores y compañeros, además del interés por los estudios, son decisivos en el éxito académico. Lo malo es dejar todo para la noche anterior al examen. Si su interés es sólo por aprobar una materia, significa que su mente es la de un mediocre. Si desea aprender y ser mejor cada día, será el hombre o mujer que el mundo necesita. No importa cuántos colegas existan, siempre habrá un lugar para el que se destaque. El desarrollo de las facultades mentales y espirituales, se realizan con esfuerzo, la recompensa llega al que ora y confía en Dios.

Articulo publicado en Volumen IV. Guarda el enlace permanente.

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