Sígamos a Jesús

 Empezó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír. Lucas 4:21. 

          La segunda venida de Jesús se ha retardado, por amor y misericordia, para que los pecadores se arrepientan y sean salvos. Miles con carácter malévolo, atacan a los que defienden la Biblia. Eso ha sucedido en todos los países. Ejemplo: el profeta Elías fue acusado, unos diez siglos antes de Cristo, por el rey Acab que turbar a Israel, por eso tuvo que esconderse en un arroyo, no pasó hambre: en la mañana y la tarde pájaros le llevaban comida. Tan pronto el arroyo se secó, Dios lo envió a otro lugar, donde una pobre viuda sólo tenía un poco de harina y aceite, por su fe no escaseó la comida. Cuando finalizó su responsabilidad, “Elías subió al cielo en un torbellino” 2ª. Reyes 2:11. Durante su misión, Jesús llevó a estos discípulos: Pedro, Jacobo y Juan a un monte alto, donde “resplandeció su rostro como el sol y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y aparecieron Moisés y Elías hablando con él” Mateo 17:2-3. Esto indica que por su vida piadosa, el profeta Elías fue llevado al cielo, volvió con Moisés y se comunico con Jesús.

       Cristo nació en el momento cuando el escenario mundial, estaba preparado para ese acontecimiento. Había cierta tranquilidad en Judea. El Imperio Romano estaba en su mayor esplendor, y el Antiguo Testamento había sido traducido al griego, el idioma más difundido. Muchos judíos estaban dispersos, acudían a celebrar las festividades religiosas en Jerusalén. Rabinos y doctores estudiaban las Sagradas Escrituras, interpretaban las profecías de acuerdo con sus intereses egoístas. Sabían que ese era el tiempo de la llegada del Mesías, pero tergiversaban su misión. Lo esperaban como rey poderoso, que los libraría de los romanos. Por eso en la sinagoga de Nazaret, su pueblo natal, cuando Jesús leyó el capítulo 61 del libro de Isaías, lo concerniente a su misión y dijo: “Hoy se ha cumplido esta profecía”, miles se sintieron tan ofendidos, a pesar de jactarse de guardar la divina ley, querían matarlo. Llenos de ira, lo sacaron de la sinagoga y lo llevaron hasta la cima del monte, con el fin de arrojarlo por el despeñadero. No pudieron, Jesús “pasó por medio de ellos y se fue” Lucas 4:30, desapareció misteriosamente.

          Durante los últimos días de su ministerio, nadie comprendía la misión de Jesús, ni sus discípulos. Comenzaron a entenderla después de su resurrección, cuando lo vieron ascender al cielo. Mientras lo contemplaban, dos ángeles se presentaron y les dijeron: “¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de vosotros al cielo, volverá del mismo modo en que lo habéis visto ir al cielo” Hechos 1:11. Desde entonces, los discípulos no dudaron y confiaron más en sus promesas.

       Muchos humanos deciden seguir sus propios deseos, sin buscar el consejo de Dios, sus mentes se oscureces tanto, como creen que están actúan bien, eligen el camino que los llevará a su propia destrucción. ¡Con oración y fe sigamos a Jesús!    – Zoila Paternina

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