Rubén Darío

Oh, tú que habitas en los huertos. Cantares 8:13.

          Félix Rubén García Sarmiento, conocido con el seudónimo de Rubén Darío (1867-1916), es uno de los más grandes poetas de todos los tiempos. Oriundo de un pueblo de Nicaragua, como era hijo de un matrimonio problemático, careció del calor del hogar. El afecto y el cariño se lo brindaron su padrino, el Coronel Félix Rodríguez. Fue un niño precoz: aprendió a leer a los tres años, a los seis escribió sus primeros versos y a los trece comenzó a publicar en periódicos locales. Desde adolescente participó en tertulias literarias. Su fama se extendió tanto, que era conocido como «el poeta-niño».

           Aunque hubo precursores y sucesores es considerado: padre del Modernismo. Conocía los clásicos, las técnicas poéticas y los elementos gramaticales. Tuvo el mérito de actualizar el verso y vitalizar la lengua castellana, para imponer la nueva forma literaria. De los siguientes movimientos: neoclasicismo, romanticismo, parnasianismo, simbolismo y naturalismo, tomó los elementos que le convenían para sentar las bases del Modernismo. El crítico y catedrático de la Real Academia Española, Juan Valera (1824-1905) en el Prólogo de Azul, señala que Darío no «es romántico, ni es naturalista, ni decadente, ni simbólico. Usted… ha sacado de ello una rara quinta esencia».

             El Modernismo es el primer movimiento literario, nacido en Hispanoamérica. La crítica lo ubica entre los más grandes poetas del castellano. Nuestra literatura tuvo tres admirables renovaciones con poetas eminentes: la Lírica Renacentista con Garcilazo de la Vega (1501-1536), el Barroco con Luis de Góngora (1561-1627) estos dos eran españoles, y el Modernismo con Rubén Darío. Los movimientos literarios surgen del cansancio, que produce escribir siempre igual.

           Los rasgos más significativos del Modernismo son: a) Cosmopolitismo, se consideraba ciudadano del mundo, y escribía como si viera el mundo desde una torre «de marfil o de cristal». b) En la fase inicial hay un rechazo a lo nacional y religioso, vuelve al mundo griego con un acercamiento al pensamiento profano. c) Viaja con la imaginación a países y ciudades como París, China, Japón, India, etc. d) La verdadera revolución del verso se da en la sonoridad de las palabras, ya que incorpora ritmos griegos y latinos, con recursos poéticos. e) Para enriquecer el vocabulario, introduce palabras que estaban en desuso. f) Todo tiene color: el amor es rojo, la ira morada y la fe blanca. Su color predilecto es el azul, según Darío hasta el verso y Dios son azules. g) Hay sorprendente riqueza de imágenes como: «boca de fresa» y «respirando aromas». h) Abundan los símbolos como cisnes, flores, piedras preciosas, estrellas y pavo real.

            El libro Azul lo escribió Darío cuando tenía veinte años, fue su consagración de escritor. Lo integran varios relatos y algunos de sus primeros poemas. El cuento, “El Rey burgués”, se considera una prosa poética con hermosura y densidad. Corresponde a la primera fase del Modernismo, tal vez el lector encuentra en ese libro una caricatura de algunos presidentes y dictadores latinoamericanos.

          ¿Quién no se ha emocionado del poema “Los motivos del lobo”? Los siguientes versos del poema la “Sonatina” enternecen: “La princesa está triste… ¿qué tendrá la princesa? / Los suspiros se escapan de su boca de fresa, / se ha perdido la risa, se ha perdido el calor. / La princesa está pálida en su silla de oro, /… ¡Pobrecita princesa de los ojos azules!”. El encanto de esta obra poética consiste en que se conserva fresca y lozana.

Articulo publicado en Volumen XI. Guarda el enlace permanente.

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