En aquellos En aquellos días no había rey en Israel. Jueces 21:25 .
Jehová prometió a Abraham que la tierra de Canaán sería de su descendencia, porque en ese lugar nacería el Salvador. Después de la muerte de Josué, continuó la conquista. Varios jueces gobernaron a Israel, a partir del año 1500 antes de Cristo.
El tema principal del libro de Jueces es mostrar, cómo el pecado y la apostasía cautivaron tanto a los israelitas, que se apartaron del Padre Celestial. Con el fin de lograr que se retiraran de la senda equivocada, Dios permitió el sufrimiento ocasionado por seguir los pasos de sus idólatras vecinos, eso pudieron haberlo evitado con un genuino arrepentimiento. El objetivo del sufrimiento, fue educativo y no vengativo. Los israelitas debían aprender por experiencia, que su felicidad y seguridad dependían de su fidelidad y amor a Dios. Llegaron y se establecieron en Canaán el año 1405 antes de Cristo, bajo la dirección de Josué. Los tres principales jueces, que gobernaron fueron: Gedeón, Sansón y el profeta Samuel (1091-1050 antes de Cristo), que además de fundar las escuelas de los profetas, fue el último y el más destacado juez de Israel.
Gedeón (1213 – 1173 antes de Cristo) fue el quinto juez de Israel por 40 años. Aunque era el menor de la casa de su padre, fue llamado por Dios y bajo la dirección divina, con sólo trescientos hombres derrotó a un inmenso ejército del enemigos. Esto muestra que debemos confiar plenamente en el poder celestial, porque las palabras que más lo incentivaron fueron: “Jehová está contigo”.
Sansón (1105-1085 antes de Cristo) fue elegido antes de nacer, para ser juez de Israel, cargo que ocupó por veinte años. Además, de su alimentación sana no debía cortarse el pelo. A medida que crecía, su fuerza física crecía, no dependía de sus músculos sino de su largo cabello. Fue considerado el hombre más fuerte de su época, pero era débil de carácter. Los filisteos dominaban a Israel, como Sansón se había enamorado de Dalila una filistea, decidieron sobornarla, para que descubriera el misterio de su fuerza. Ella fingiendo amor, lo acosaba con preguntas sobre su fuerza. Sansón le respondía con engaño. La última vez se dejó embaucar, tan pronto se durmió le cortaron el pelo. Cuando despertó, como había perdido la fuerza, sus enemigos felices lograron su objetivo: lo tomaron prisionero, le sacaron los ojos y lo humillaron. Después de estar preso por varios años, además de su arrepentimiento el pelo le creció, Dios oyó sus oraciones y recuperó su fuerza, pero murió con muchos de sus enemigos.
Como los israelitas rechazaban a Dios, querían imitar a los otros países y pidieron un rey. Hasta ese tiempo, Dios los había dirigido, por medio de profetas y jueces. Saúl, el primer rey de Israel, fue ungido por el profeta Samuel, que posiblemente es el autor del libro Jueces. Según algunas inscripciones, los cananeos estuvieron en esa región durante siglos, antes de la llegada de los israelitas. Como peleaban constantemente, llegaron a ser expertos en guerras, además eran mercaderes y comerciantes. Tal vez, los israelitas descendientes de Sem, no echaron fuera a los cananeos, creían que eran descendiente de Cam el otro de los tres hijos de Noé, que después del diluvio poblaron la tierra.