Ni habrá más diluvio para destruir la tierra. Génesis 9:11.
El tema del diluvio es parte de la historia humana, casi todos los pueblos antiguos tienen alguna referencia sobre el diluvio. Creen que humanos y animales se salvaron en una embarcación, por la intervención de sus dioses. Esa catástrofe cerró una época y dio comienzo a otra, completamente distinta.
Dios, por medio de Noé, envió mensajes durante los ciento veinte años, que duró la construcción del inmenso barco, para que la gente aceptara la invitación y no pereciera, pero al llamado respondían con burlas. Como nunca antes había llovido, sus pecados eran tantos que estaban tan entenebrecidos, no oían ni comprendían nada. Siete días antes que comenzara el diluvio, diferentes clases de animales entraron en el barco, después Noé y su familia. Aunque eso asombró al pueblo, no aceptaron el plan de salvación.
Según Génesis 7:19 y 24: “las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de los cielos, fueron cubiertos. Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días”. Cuando terminó la lluvia “hizo pasar Dios un viento sobre la tierra y disminuyeron las aguas”. El estudio de rocas y fósiles, que realizan los arqueólogos, nos ayuda a comprender todo lo que ocurrió.
Los fósiles de animales y árboles encontrados, por los investigadores indican que eran mucho más grandes que los actuales. Antes del diluvio, el clima de todo nuestro planeta era templado y uniforme, hasta en la Antártida el clima era diferente al actual. La elevada humedad de la atmósfera, permitía una mayor cantidad de vegetales, que favorecía la alimentación de los animales gigantes
Según Génesis 6, el diluvio fue porque “la maldad de los hombres era mucha en la tierra”. Esa catástrofe fue la más violenta y extensa, sucedida desde la creación hasta el tiempo actual. Según las investigaciones, casi se borró toda forma de vida que existía. Dios reconstruyó de nuevo al mundo, para que los humanos pudieran seguir viviendo en la tierra. Ha sido comprobado por los geólogos, que “todas las tierras” estaban formadas por un sólo gigantesco supercontinente, rodeado por aguas de un único superocéano que lo constituían “todos los mares”. Después del diluvio hubo una violenta catástrofe, que dividió al “supercontinente” en los continentes actuales.
Durante el diluvio todos perecieron. Cuando las aguas comenzaron a bajar, Dios guió el barco hacia un lugar, donde había montañas “y reposó el arca… sobre los montes de Ararat” Génesis 8:4. Como “la faz de la tierra estaba seca”, Noé con sus tres hijos: Sem, Cam y Jafet más sus esposas salieron, e hicieron un altar de gratitud al Padre Eterno. El arco iris que contemplamos, es una demostración del pacto que Dios hizo, porque ningún diluvio volvería a destruir la tierra
(Base: Tras las huellas del diluvio del doctor Michele Buonfiglio)