- No os volváis a los ídolos, ni os hagáis dioses. Levítico 19:4.
Saúl, el primer rey de Israel, fue ungido por el profeta Samuel, el último juez de esa nación. Ese Rey siguió caminos tan equivocados que tuvo un fin triste. En su última guerra contra los filisteos, como estaba separado de Dios, pidió a sus criados que le buscaran “una mujer que tuviera espíritu de adivinación”. Aunque sabía que el contacto con los muertos se opone al mandato divino, esa la noche, disfrazado fue a la casa de esa mujer y le pidió ver al profeta Samuel. Como el trabajo de esa pitonisa era invocar a los muertos, cuando comenzó su rito, dijo: “He visto dioses que suben de la tierra… Un anciano viene, cubierto de un manto” 1ª. Samuel 28:7-14. Ese selló su perdición, porque el enemigo se presentó como el profeta Samuel, que tenía años de muerto. En el campo de batalla, su ejército fue derrotado sus hijos murieron. El rey Saúl quedó gravemente herido, pidió a un arquero que lo suicidaran y él también se suicidó.
El culto a los muertos es la base del paganismo. Muchos hablan sobre ese tema, incluso algunos que se dicen cristianos, dialogan de la manera más natural sobre eso. Además hay programas de televisión, radio, periódicos y revistas sobre el mismo tema. Le dan diferentes nombres con el fin de crear confusión, para que la gente no siga los designios de Dios. En la Biblia hay amonestaciones contra esa costumbre, leamos esto: “No sea hallado en ti… quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para Jehová cualquiera que hace esas cosas” Deuteronomio 18:10-12.
Hay varios textos bíblicos sobre la condición de los muertos, leamos uno: “Los que viven saben que han de morir, más los muertos nada saben” Eclesiastés 9:5, esto significa que no puede haber comunicación con los muertos, porque no están gozando en el cielo ni quemándose en el infierno. Los muertos están dormidos, descansando. Cuando Cristo venga despertarán de su profundo sueño, como si sólo hubiesen dormido un momento. La inmortalidad del alma, es una de las falsas doctrinas del paganismo. Según la Biblia los que aparecen, como los muertos son los espíritus de demonios.
Además de los graves problemas de salud que siempre he tenido, en mi vida hay un aspecto vinculado con este tema. Un familiar que dice tener contacto con los muertos, me llamó enojado porque el espíritu de su madre, se le aparece y me acusa de su muerte, aunque viven en otro país. Sus padres son cristianos, a veces van a la iglesia, pero siguen caminos equivocados. Durante mi vida he tenido poco contacto con esa familia. Esa acusación me produjo fuerte dolor en el corazón, tuve que ir varias veces al cardiólogo. En ese momento además de orar, decidí dedicar el resto de mi vida al Salvador. Comencé a escribir sobre experiencias y relatos, publicados en los folletos “Espacios de fe“. Hace más de diez años, me sorprende la mejoría que siento cada vez que escribo. Con oración apartémonos de peligros y busquemos siempre la protección celestial. – Zoila Paternina R.