Un personaje destacado

El corazón alegre es una buena medicina. Proverbios 17:22.

             Durante medio siglo estuvo en entredicho, las investigaciones de la doctora Rita Levi Montalcino. En 1986 reconocieron su validez, el 2005 cuando tenía cien años, recibió el Premio Nobel en Medicina. La doctora Rita jamás se jubiló, según sus investigaciones científicas, siempre se debe tener la mente en actividad.

            El esfuerzo para utilizar la capacidad mental, ha permitido el surgimiento de personas de la altura de esta neuróloga, que a los cien años igual que cuando tenía veinte años, no limita en ningún momento su cerebro. Rita afirmaba que todos envejecemos y nos arrugamos, pero no pasa igual con el cerebro, si se mantiene activo no se degenera y se vive mejor. Algunas de las neuronas se mueren, las restante mantienen sus funciones, siempre y cuando las usemos constantemente. Las investigaciones científicas de la doctora Rita, le permitieron descubrir cómo crecen y se renuevan esas células y las del sistema nervioso. Además dice que todo mejora, si apartamos de nuestra vida las opresiones. La única diferencia que hay entre el cerebro del hombre y la mujer, está relacionada con las emociones, que están vinculadas con la secreción interna.

            Durante la segunda guerra mundial, Benito Mussolini el dictador de Italia, pensaba que la victoria de Adolfo Hitler era inminente, y comenzó a perseguir a los judíos. Por tal motivo la doctora Rita Levi, era italiana y de origen judío, se escondió y mantuvo su laboratorio en su dormitorio, hasta que finalizó la segunda guerra. Ese aislamiento le permitió continuar con sus investigaciones. Ella opinaba que a una persona le pueden prohibir todo, menos el uso de su mente. Su éxito se debió a los puntos básicos de las tradiciones judías: la oración que los padres hacen a la entrada del sábado, para que sus hijos sean nobles, sabios y no se aparten de Dios. En el mundo hay pocos judíos muy aislados, pero han ganado la mayor cantidad de los Premios “Nobel”.

             Según las investigaciones de la ciencia, gran parte de enfermedades comienzan en la mente, muchas dolencias engrandecen el odio, rencor, envidia, sentimientos culpables y pensamientos negativos. Muchos mueren de enfermedades imaginarias. Si tenemos la mente siempre ocupada, con pensamientos positivos evitaremos los males. Son muchas las personas que los problemas, los ponen tan nerviosos que tienen infartos y dolencias. Además persisten en el ejercicio físico y mental, además de la oración y la lectura de la Biblia, alcanzaremos momentos tan altos que nos asombraremos.

           Leamos parte de la luz que Dios reveló a Elena de White, hace más de un siglo: “La mente ocupada solamente con asuntos comunes se empequeñece y debilita. Si nunca se empeña en comprender verdades grandes y de vasto alcance, después de un tiempo pierde el poder de crecer”. Usemos constantemente nuestra mente, para que tengamos una mejor vida en esta tierra, y nos preparemos para ir al cielo. – Zoila Paternina R.

Articulo publicado en Volumen X. Guarda el enlace permanente.

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