El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas. Proverbios 10:12.
Estaba muy enferma cuando mi esposo me dejó. Quedé sola con mis tres adolescentes hijos, a quienes debía ayudar. El año 1976 escribí sobre el amor, especialmente pensando en mi pequeña hija, porque fue ella la que más sufrió las consecuencias de la ruptura del hogar. Me impresionó mi hija.
El verdadero amor es el más hermoso don, que el cielo nos ha dado. Cristo lo comprobó cuando sintetizó el decálogo divino así: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39).
El amor se manifiesta en el rostro de los humanos, porque son como una fuente de transparente. Las pasiones, además de nublar los ojos y el rostro acaban con la paz. No hay secretos ocultos, ni problemas que no se puedan resolver. Sólo si Cristo mora en nosotros reina el amor. No habrá espacio para ninguna mentira, por insignificante que parezca, entre cielo y tierra no hay nada oculto, toda falsedad saldrá a la luz.
Las consecuencias de toda traición y odio, caen sobre los mismos que siguen los caminos equivocados, porque siembran sobre ellos la maldición de Dios. En lugar de paciencia, bondad, cortesía y simpatía, algunos son ásperos y actúan como un dictador. Un ejemplo es el de Hitler, que sembró planes tan errados del amor en Alemania, que al final hasta personajes de su gobierno se asesinaron y envenenaron a niños de su familia, además millones de judíos murieron durante el holocausto nazi.
En cada pareja, el amor los induce a soñar, a disfrutar y a sentirse cerca aunque estén distantes. Las discusiones siempre deben terminar con risas, para que todo el tiempo que vivamos en esta tierra, se disfrute del placer de los seres amados, sin causar ningún daño. El matrimonio es un símbolo de Cristo con su iglesia. Los puntos más importantes del amor son: confianza, perdón, esperanza, fe y adoración a Dios. Las parejas unidas deben buscar la protección celestial. Los ángeles se deleitan en estar en los lugares donde hay amor. La más grande proeza de la historia humana, se realiza con el amor.
No debe confundirse la pasión con el verdadero amor. La bondad y el amor tienen más valor que el lujo y la ostentación. Los corazones agradecidos y bondadosos, valen más que las riquezas y la pompa. Las cosas sencillas siembran felicidad. Si la envidia, el egoísmo y los celos anidan en el corazón, la transparencia del amor se oscurece tanto, que comenzará a desaparecer. Los que se dejan seducir por los placeres del mundo, jamás alcanzarán la felicidad ni llegaran al hogar de los redimidos.