El que odia disimula con sus labios; Mas en su interior maquina engaño. Proverbios 26:24.
Oscar Wilde (1856-1900) nació en Irlanda, es uno de los pocos escritores, contra quien el destino se enfureció implacablemente. En el ambiente de su familia, era aficionado a las letras. La asistencia a los mejores centros educativos, sentaron la base de su trayectoria literaria. Es considerado uno de los escritores de habla inglesa, más original y brillantes de su época.
Se oponía a todo lo establecido, especialmente por al puritanismo, movimiento religioso que surgió de la iglesia anglicana, durante la reina Victoria (1837-1901). Oscar Wilde pasó de la fama, lujo y comodidad, al desprecio, la humillación y la ruina: de rico pasó a indigente. Cuando salió de la cárcel se mudó a París, donde murió a la edad de 44 años, de pobreza y repudiado por sus compatriotas. En fecha posterior, sus restos fueron trasladado al famoso cementerio Pere Pachause donde reposa «en una tumba digna de él, entre los poetas, los escritores y los artistas más ilustres de Francia» Juan Arbó.
Oscar Wilde señaló los defectos de la sociedad inglesa y los ofendió a todos. Fue llevado a los tribunales, el día de su sentencia estaba solo. En Londres celebraban su caída: los ricos y poderosos por su sarcasmo, los envidiosos por sus éxitos y los pobres, a quienes había defendido con su pluma, por ser aristócrata. Su obra fue silenciada hasta después de su muerte, cuando por su indiscutible mérito literario se impuso.
La única novela que escribió: “El retrato de Dorian Gray” fue llevada al cine. Desde el momento de su aparición fue coronada de éxito, pero también suscitó polémicas y escándalo, porque entraba de lleno en una batalla contra la moral establecida, que era su propio drama. Sus obras de teatro fueron muy aplaudidas, y sus cuentos son los más leídos. Se observa en ellos una gran variedad de temática y riqueza expresiva, con toques orientales. La novedad está en la nota de amor humano, de ternura y de dolor, como condiciones universales del hombre.
A la colección: “El ruiseñor y la rosa”, pertenece el cuento El joven rey, donde presenta las grandes contradicciones de la sociedad inglesa. Se vale de tres sueños, que en la víspera de su coronación tiene un joven príncipe. Presenta una crítica tanto al gobierno como a las condiciones de trabajo, la explotación de los obreros, la avaricia de los ricos, la frivolidad, las tradiciones equivocadas y el abandono en que se encontraba el pueblo. Aunque no tenemos un rey como tal, muchos de los vicios que Wilde señala, se padecen en la mayor parte de los países del mundo.