El día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre y se levantó a leer. Lucas 4:16.
La lectura en voz alta está ligada con el cultivo de la voz. En las culturas antiguas de Israel, Grecia y Roma, durante la Edad Media y hasta después del Renacimiento, la obra literaria siempre llegaba al público a través de la transmisión oral. La poesía lírica era cantada, la epopeya recitada y la prosa, hasta su lectura individual la hacían en voz alta. Esto sin mencionar la importancia que en esas distintas épocas tuvo la oratoria.
El modo de comunicación de la obra literaria, siempre fue la recitación y la lectura en voz alta. Lástima que con la invención de la imprenta y la difusión masiva del libro, esa forma auditiva de percepción se haya debilitado, para dar paso a la lectura silenciosa, la cual nos aleja, cada vez más, de la pronunciación correcta y la visualización de la ortografía. Estas deficiencias pueden impedir que haya acercamiento y comprensión del significado de lo que leemos. Eso puede llevar a una interpretación distinta de la verdad. Si procuramos leer bien y entender el material que tenemos a nuestra disposición, estaremos dando un paso gigantesco en beneficio nuestro y de niños y jóvenes.
La capacidad para escribir con propiedad es un peldaño en la escala del éxito. En cambio una letra ilegible, una ortografía mala y una pésima redacción, pueden ser la causa de la pérdida de una buena oportunidad de trabajo. Según Arturo Uslar Pietri, escritor venezolano, la persona que lee lo que escribimos deduce “quiénes somos y hasta donde llega nuestra cultura”. Muchos cometen errores hasta en la más elemental ortografía, ello se debe al descuido y a la falta de conciencia, sobre la importancia que tiene la expresión escrita. Iraset Páez, lingüista venezolano, en su libro La enseñanza de la lengua materna, destaca como indispensable la comprensión del significado de las palabras, debido a que tienen poco valor si no se las entiende, por consiguiente todo esfuerzo será nulo. Para fijar la ortografía, recomienda realizar diariamente ejercicios cortos, añade que la habilidad que se adquiera, debe reforzarse constantemente.
Sobre este tema hay suficientes instrucciones, especialmente en los programas educativos y religiosos de casi todos los países. En los mensajes de Dios, también hay destellos de luz sobre el cultivo de la voz, que va más allá de la responsabilidad de los educadores, se extiende hasta el hogar. Los padres deben aprovechar los primeros años de sus hijos, para cultivar ese precioso don, de modo que su futuro tenga un fundamento sólido. La lectura en voz alta de las obras clásicas, incluyendo los libros poéticos de la Biblia, contribuye a la adquisición de ese precioso don.
Es triste reconocer que muchas personas, a pesar de sus títulos universitarios y expresarse con fluidez, fracasan en la redacción de un informe o una simple carta, en su propia lengua. Creemos que el problema radica en el desconocimiento, que tienen de las reglas ortográficas básicas. Expresarse con propiedad y claridad, en forma oral o por escrito, abre muchas puertas y trae felicidad.