No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios. Éxodo 20:7
Llama la atención la forma como las religiones más grandes del mundo, tanto en el pasado como en el presente, utilizan irreverentemente el nombre de Dios. Lo malo es el convencimiento, que tienen sus dirigentes y seguidores de estar procediendo correctamente, cuando su fe se basa en fanatismo y blasfemia.
En Pakistán, hay unas diez mil escuelas musulmanas de enseñanza religiosa, sufragadas por ricos devotos. La edad del millón de estudiantes oscila entre 8 y 35 años. Las clases para la educación media y superior son: el Corán, vida y obra de Mahoma, jurisprudencia e historia islámica. Las clases de los menores consisten en memorizar el Corán. No tienen radio, televisión, días de visitas, ni mujeres. Desconocen tanto los acontecimientos mundiales, que hasta ignoran los asesinatos del 11-9-2001, en las torres gemelas de Nueva York. Les enseñan que en Occidente odia a Bin Laden, su meta es mantener al Islam, sin infieles y llevar su religión a todo el mundo. En sus escuelas las llaman “guerras santas”. Aunque no tienen “campo de entrenamiento para terroristas”, ni fabrican armas, “enseñan a odiar y a matar”. Consideran que el Islam es la “morada de la paz”, pero promueven el odio y la guerra. Piensan que como Occidente se opone a su mensaje, y no se convierten al islamismo, deben estar preparados para una “guerra santa” permanente, pues la “bomba nuclear procede de Alá y debe usarse”. (Revista Selecciones, marzo/2002).
Los años noventa, se hizo notorio un grupo racista de tendencia neo-nazi, que vivían en Estados Unidos, denominados Naciones Arias. Llama la atención que “en nombre de Dios”, cometieron crímenes y promovían el odio contra judíos y negros.
En la Edad Media, a fines del siglo XII, se instituyó la Inquisición. La historia está llena de los crímenes, que esa institución cometió en nombre de Dios. Uno de los más horrendos fue en Francia, conocida: La matanza de la noche de San Bartolomé, se extendió por siete días y no respetaban sexo ni edad. Fue autorizada por el rey Carlos IX, en 1572. “Cuando la noticia de la matanza llegó a Roma, el regocijo del clero no tuvo límites… acuñó una moneda para conmemorar la matanza… Gregorio XIII envió a Carlos IX la rosa de oro… cuando el Santísimo Padre recibió la noticia se encaminó hacia San Luis con solemne comitiva para dar gracias a Dios” (Conflicto de los Siglos p. 316).
Estas historias nos hace pensar en el hecho monstruoso de Bin Laden, según una grabación dio “gracias al Todopoderoso” por los más de tres mil muertos del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, casi diez años después unos militares mataron a Bin Laden. La similitud que hay entre los neo-nazis y las escuelas de Pakistán, ambas en nombre de Dios enseñan a odiar y a matar. Muchos utilizan el nombre de Dios, para justificar su egoísmo.