Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen su sueño. Daniel 2:2.
Los que se apartan de los caminos del Padre Celestial son tentados, seducidos y dominados por fábulas y falsas doctrinas. Esos engaños son presentados de manera agradable, para que crean que esas falsedades son prodigios en nombre de Dios.
El siguiente es un resumen de la vida de Nostradamus (1503-1566). Fue médico y astrólogo en la corte francesa. Aunque procedía de una familia judía, se convirtió al catolicismo. Estudió filosofía, historia, literatura, gramática, retórica y medicina en una importante Universidad de París. Su fama de médico comenzó debido a su intensa labor, durante la epidemia de “la peste negra”. Comparemos sus escritos con ciertos rasgos de la vida de Daniel, el año 605 a.C., fue llevado cautivo para servir en la corte de Babilonia. Según la orden debía comer “la comida del rey”. Como decidió no contaminarse con esa comida, su alimentación vegetariana lo fortaleció tanto que, tres años más tarde, el Rey lo encontró “en inteligencia y sabiduría… diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo el reino”. Sin duda que Nostradamus conocía esta historia y las instrucciones del Antiguo Testamento, por eso escribió sobre los beneficios de la higiene, el aire puro y la alimentación sana. Después, basado en la astrología y con un lenguaje poético, comenzó a escribir profecías, que en cierto sentido tienen base bíblica. Se desvió de la verdad celestial, y se centró en el camino errado de la ciencia oculta.
Según 1ª. Crónicas 10, el rey Saúl después de 40 años de su reinado, como se había separado de Dios y debía ir a la guerra contra los filisteos, disfrazado fue una noche a la casa de una pitonisa y pidió ver al profeta Samuel. Ella invocó los espíritus y dijo: “Un anciano viene, cubierto de un manto”. El que se presentó no fue el profeta de Dios, pues había muerto hacía varios años. Ese acto selló su perdición “porque consultó a una adivina y no consultó a Jehová”. Perdió la protección celestial y murió. Esto indica, que el Rey por medio de una hechicera consultó al maligno.
Según la historia la astrología comenzó en Caldea, y pasó a ser una técnica religiosa, relacionada con los dioses y usada para conocer el futuro. La astronomía tuvo su origen con el conocimiento de los astrólogos, creían que los astros reflejaban la voluntad de los dioses y sus movimientos los relacionaban con los sucesos humanos. Un astrólogo era un caldeo, adivino, mago y brujo.
Cayó el imperio caldeo el año 535 antes de Cristo, sus sacerdotes se esparcieron por muchos países, sus creencias fueron aceptadas como religión. El Imperio Romano lo reconoció y estableció el culto al Sol, como el dios supremo. La astronomía dejó sin fundamento científico a la astrología y no desapareció. El contacto con el espiritismo, brujería, magia negra o blanca, horóscopo, la lectura de las manos, cartas o cualquier otro nombre, aleja de Dios y mantiene la comunión con el dios del mal, Satanás. Actualmente, miles de personas continúan interesadas en las ciencias ocultas, inclusive hay programas de radio, televisión y revistas sobre ese tema, su fin es oscurecer la luz de Dios, que siempre con amor, nos llama para que no pisemos ese terreno prohibido.