Más son los que están con nosotros que los que están con ellos. 2ª. Reyes 6:16
En tiempos de Eliseo, Siria estaba en constante guerra contra Israel. El rey de Siria, varias veces, después de consultar a sus asesores, levantaba su campamento en los lugares por donde el rey de Israel debía pasar, con el fin de tenderle una emboscada, pero Dios le revelaba a Eliseo los planes del enemigo. El rey de Siria estaba muy preocupado y preguntó si había algún espía en su alto comando. Uno de ellos le dijo:
“No, rey señor mío, sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu más secreta cámara”. El rey muy enojado y con el fin de acabar con el profeta, envió un ejército y cercaron la ciudad durante la noche. En la mañana, el siervo de Eliseo se levantó temprano y vio que el ejército sirio “tenía rodeada la ciudad con gente de a caballo y carros”. Aterrorizado se dirigió al profeta: “¡Ah, señor mío, ¡qué haremos? Y él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo y dijo: Ruégote, oh Jehová que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del mozo y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo y de carros de fuego alrededor de Eliseo”. El profeta oró de nuevo y pidió que el ejército sirio quedara ciego y así sucedió. Entonces salió y les dijo: este no es el lugar, síganme y los condujo al palacio del rey en Samaria, la capital de Israel. El rey muy confundido le preguntó: ¿Qué hago con ellos?
El profeta Eliseo respondió: dales de comer y de beber y envíalos a su rey. Después de eso, Israel quedó libre del ataque de los sirios, por un tiempo.
Israel continuaba en caminos pecaminosos. Surgió un nuevo rey en Siria, preparó un ejército y sitió por tiempo a Samaria. Los horrores del hambre estimularon al rey de Israel a tomar medidas. El profeta Eliseo envió un mensaje celestial al rey, anunciaba que el día siguiente, además de ser libre de sus opresores, tendrían comida en abundancia. Esa noche, “Jehová hizo que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de gran ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros” 2ª. Reyes 7:6. Asustados y pensando en salvarse, se levantaron y huyeron rápidamente. Abandonaron sus tiendas y dejaron todo lo que tenían. Esa noche, cuatro leprosos hambrientos entraron a ese campamento, lo encontraron vacío y comieron, bebieron y tomaron plata, oro y ropas, salieron a otro lugar. Enseguida volvieron, como no encontraron a nadie, pensando actuar bien, llegaron a la puerta de Samaria y dieron la noticia a los vigilantes. El rey lo supo y mandó a investigar. Comprobó que los enemigos se habían ido, dejando todas sus pertenencias. La noticia se divulgó, el pueblo de Israel entró y suplieron sus necesidades.
Si surgen problemas y oramos con fe, no hay nada que temer, pues son más y tienen poder los ángeles, que están a nuestro lado para defendernos del mal.
Grande es el poder de Dios cuando interviene en la historia o vida del hombre y de los pueblos. El reino del mal oscurece la vida cotidiana de los hijos de Dios cuando no deja brillar al Sol de la Vida. Por eso utiliza a sus hijos profetas para que en su nombre hagan que los demás hombres reconozcan que solo existe un Dios vivo y verdadero, Rey de Reyes, Rey de las Naciones, quien es el Camino, La Verdad y la Vida. Pueblo y Dios deben permanecer por siempre unidos. Gloria al Señor. Dios los bendiga