Sol detente en Gabaón. Y tú luna en el valle de Ajalón. Josué 10:12
El libro de Josué es la biografía de ese distinguido caudillo del pueblo de Israel. Además fue amigo, ayudante y sucesor de Moisés. Durante la conquista de Canaán, como otros reinos habían sido vencidos, los moradores de la ciudad de Gabaón, pensando en salvar sus vidas, inventaron un engaño: “se fingieron embajadores, y tomaron sacos viejos sobre sus asnos, y cueros viejos de vino, rotos y remendados, y zapatos viejos y recosidos en sus pies, con vestidos viejos sobre sí; y todo el pan que traían para el camino era seco y mohoso” Josué 9:4-5. Se presentaron como si viniesen de una tierra muy lejana.
Al principio los israelitas como dudaban, les preguntaron si vivían cerca. Ellos respondieron: “no, tus siervos hemos venido de tierra muy lejana, porque hemos oído la fama de Jehová tu Dios y todo lo que hizo en Egipto…, haced ahora alianza con nosotros”. Entonces mostraron todas las cosas viejas y rotas que tenían. La duda se disipó y “Josué celebró con ellos alianza”. Tres días más tarde, descubrieron la mentira pues eran sus vecinos. Los Israelitas se enojaron mucho, como habían hecho un pacto, no podían quebrantarlo, porque los gabaonitas habían aceptado al verdadero Dios.
Cuando los otros reyes supieron la alianza que habían hecho sus vecinos, con los hebreos, se enfurecieron tanto que se unieron para atacarlos. Los moradores de Gabaón estaban muy asustados, no podían defenderse de ese inmenso ejército formado por cinco reinos. Recordaban que hacía poco habían engañado a los israelitas, no les quedó otra alternativa que pedir su ayuda. Josué acudió y se preocupó, cuando se dio cuenta que los enemigos los tenían rodeados. Entonces “Jehová dijo a Josué: No tengas temor de ellos, porque yo los he entregado en tu mano”. Empezó la lucha. Los invasores estaban siendo derrotados, pero oscurecía y el día llegaba a su fin. Como los enemigos huían, Josué pensando que durante la noche, los cinco reyes podían fortalecer su ejército, para un nuevo ataque el día siguiente, basado en la promesa de Dios levantó la mano y dijo delante de todos: “Sol, detente en Gabaón, y tú luna en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que la gente hubo vencido a sus enemigos”.
Me impactó saber que ese incidente ocurrido unos catorce siglos antes de Cristo, fue descubierto recientemente por los investigadores de la NASA. No podían entender por qué “faltaba un día en el universo del tiempo transcurrido de la historia”. Un conocedor de la Biblia, que también trabajaba en la NASA, leyó el incidente en el libro de Josué. Aunque al principio lo veían como un mito, la curiosidad invadió sus mentes y “verificaron en la computadora, retrocedieron en el tiempo hasta la época descrita en la Biblia y asombrados descubrieron que se aproximaba, aunque no era el lapso de tiempo exacto”. ¡Faltaba poco! Nuevamente acudieron al Libro Sagrado y encontraron que decía “casi un día entero”. Maravillados por esa concordancia entre sus investigaciones y la Biblia, la pusieron al alcance del público con el título: PARA DIOS NADA ES IMPOSIBLE. Una vez más comprendí que el Altísimo, siempre trabaja a través de instrumentos humanos, en diferentes épocas, niveles y culturas, todo lo que debemos hacer es orar y confiar plenamente en su poder.