Prefacio

        En esta serie “Espacios de Fe” el lector puede apreciar una vislumbre de las enseñanzas, que recibí de mi madre cuando era niño.  Algunos de estos relatos los había escuchado de labios de mi madre cuando era pequeño, otros son el resultado de su estudio constante de la Biblia y otras fuentes.

        En el capitulo XVII de este tomo, “Dios no impone su voluntad”,  mi madre escribe: “Cuando mis hijos estaban pequeños, como mi salud era precaria, siempre traté de empaparlos de las maravillas del amor de Dios, con la lectura de hermosas historias, especialmente bíblicas… Jamás obligué a mis hijos a estudiar en instituciones cristianas, pero si los incentivé a seguir los caminos dispuestos por Dios”

         Gracias mamá por esas enseñanzas, que llevo muy arraigada dentro de mi. Gracias por hacerme siempre meditar, en lo que es verdaderamente importante. Gracias por contagiarme tu constante emoción, por estudiar y aprender cosas nuevas. Gracias por mostrarme tu enorme fe en Dios.

       Espero que el lector de esta obra, también se contagie de la fe de mi madre y de su constante asombro por las maravillas, que Dios hace en nuestras vidas.

                                                                     Eduardo José Urbina Paternina

Articulo publicado en Volumen VI. Guarda el enlace permanente.

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