El mundo musulmán

La tierra fue sacudida y tembló. Salmo 18:7.

       El calendario musulmán se inició el año 622 de nuestra era, fecha conocida como la “hégira” o huida de Mahoma de la Meca, su ciudad natal, hacia Medina. Tal vez bajo la influencia de judíos y cristianos, se unió a la idea de un sólo Dios. En sus comienzos, no tuvo éxito entre sus conciudadanos, con los pocos seguidores que consiguió, se asiló en la ciudad de Medina. Después de ocho años de lucha volvió a la Meca, destruyó los ídolos, perdonó a sus enemigos e hizo de Kaaba el centro de su fe. Más tarde, muchas tribus se unieron. Mahoma murió en el 632, a la edad de 62 años.

        La religión islámica tiene cinco bases fundamentales: 1) La profesión de fe,  consiste en creer y repetir varias veces al día esta famosa frase: “No hay otro Dios fuera de Alá y Mahoma es su profeta”. 2) Orar cinco veces al día, con el rostro hacia la Meca, primero al amanecer y la última al anochecer. El viernes es su día religioso y deben ir a la mezquita. 3) La limosna. Todo musulmán que dispone de medios económicos, debe dar cierta cantidad de dinero para ayudar a los pobres, a la “guerra santa”, la educación, la salud y deudas, ellos consideran que ese es un préstamo a Alá. 4) El ayuno. Según el Corán, todo creyente mayor de edad, debe ayunar durante el mes de Ramadán, eso significa que no puede comer, beber, ni tener relaciones sexuales durante el día, pero si en la noche. 5) La peregrinación a la Meca. Por lo menos una vez en su vida, deben visitar a Kaaba, es un edificio cuadrangular que guarda la “piedra negra”. Para ellos, tiene cierto poder, creían y aún creen que esa piedra cayó del cielo, se puso negra por “causa de los pecados”. Es lo que en su peregrinaje, los musulmanes veneran en la Meca.

        Los beduinos (árabes del desierto) tenían dioses, vivían del pastoreo, el pillaje y de intercambios comerciales. Mahoma los convenció que Alá es el único Dios, y los unió a una fe dinámica y misionera. Los condujo a esparcirse por medio de la llamada “guerra santa”, que agrada a Alá, tienen promesas y recompensas que recibirán en el cielo, además disfrutan de sus riquezas. El Islam creció en sus comienzos. En sólo cien años llegó a muchos países. Tuvieron una brillante civilización, entre los siglos VIII y X. Abarcó  artes, medicina, filosofía y astronomía. El Imperio Musulmán se estableció en España, con el pensamiento y la cultura de su época. Sus bibliotecas y universidades llevaron a personas de otras partes. Bagdad, capital de Irak, era una aldea y se convirtió en la ciudad más importante del mundo árabe, centro del Islam y del comercio, con suntuosos palacios, magníficas mezquitas, bazares y baños públicos. Ese esplendor favoreció la proliferación de escritores, artistas, filósofos y la ciencia.

          Hoy, cuando las noticias nos llegan del mundo árabe, especialmente de países como Irak donde el terrorismo y la venganza, entre ellos es tanta que hasta matan a niños y mujeres en lugares de adoración. Asombrados preguntamos ¿Qué aspectos de la interpretación del Corán los induce a tanta crueldad?

Articulo publicado en Volumen VII. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.